En los últimos años, una de las temáticas educativas más demandadas en relación a lo lúdico en la enseñanza, es la creación de patios inclusivos. La tendencia a valorar el juego como elemento transcendental en el desarrollo de la infancia, ha abierto caminos para garantizar la accesibilidad del juego a toda esta, haciéndolo posible para todos y para todas. En este artículo sobre el juego en nuestra generación, la cual ya bauticé el año pasado con el nombre de "Generación alúdica", ya te hablaba sobre el artículo 31 de la Convención de los Derechos del Niño, en la que se legitima a través de la ONU, el derecho a jugar de nuestra infancia. Pero como te expliqué en esta otra entrada del blog: "¿Cuándo dejamos de jugar?", son múltiples los factores que influyen en que este derecho al juego se vea vulnerado; entre los cuales podemos destacar el hecho de que las ciudades se construyen desde un punto de vista adultocentrista, que deja a la infancia sin un lugar de juego en el que desarrollar toda una serie de habilidades sociales básicas, que serán las futuras herramientas para las relaciones sanas de la vida adulta.
En este sentido, los únicos lugares que nos quedan de juego social son los patios, y especialmente, los patios de los centros educativos. Mucho ha cambiado la visión de lo que significa un patio de recreo, que ya para muchos, se ha convertido, en el bastión del juego de la sociedad actual. No es de extrañar, entonces, que esta sociedad tan diversa, tan rica en diferencias tanto culturales como perceptivas, pida a gritos una remodelación de los tiempos de recreo. No es de extrañar que se piense en que todos y todas puedan acceder al juego y disfrutar de todos los beneficios tanto físicos como emocionales que emana.
Diferencia entre patio inclusivo y rediseño del patio escolar.
En mi opinión, el mayor error a la hora de abordar un cambio en el patio escolar es la confusión entre un patio inclusivo y el rediseño de este mismo. Ambas ideas fomentan la inclusión y garantizan el derecho de la infancia a jugar, pero no tienen sentido el uno sin el otro y el hecho de rediseñar el patio escolar, simplemente, no lo hace más inclusivo. Me explico. El rediseño del patio escolar es una medida ambiental, que influye en el aspecto de un patio escolar. A efectos, lo que se consigue es un cambio más positivo a nivel imagen, pues muda el gris del cemento que tuvo su auge con el boom de la burbuja inmobiliaria. Sí, esta también afectó a cómo se construyeron los colegios e institutos, dotándolos de pistas de cemento donde practicar deportes.
Hay varias corrientes a la hora de rediseñar un patio, pero todas ellas concuerdan con plantear diferentes rincones de juego que ofrezcan una alternativa a la práctica de deportes en las pistas. Podremos entonces pintar rayuelas, ofrecer rincones de teatro, música, sensoriales, etc. O bien, plantear un patio más basado en respetar un entorno natural (los pocos que quedan), con árboles, bancos y construcciones de madera que permitan un ambiente más sostenible, etc.
El rediseño del patio garantiza otras opciones de juego y replantea que en un patio de recreo solamente se juegue al fútbol, aunque ya sabes que soy de las que opino que eliminar este deporte no es una buena opción. Te lo contaba aquí. Igualmente, y para empezar, este tipo de conversiones no serán inclusivas si todos los espacios no están al alcance de nuestra infancia en su totalidad. Es decir, todo tipo de estructuras deberán estar planteadas desde las necesidades de un centro y ser accesibles para todo el alumnado. Hay muchos ejemplos de estructuras y rincones para patios en Internet y redes sociales que son de gran belleza, pero si las analizas según en qué contextos no respetan la diversidad de muchos niños. Por este motivo, una capa de chapa y pintura NO garantiza que tu patio sea inclusivo. Tampoco hacer un patio más habitable, plantar árboles o sacar el fútbol. Aunque cualquiera de estas acciones, es un buen comienzo.
Un patio inclusivo, o el hecho de hacer un patio inclusivo, supone un cambio en la organización del recreo. No tiene nada que ver con el aspecto de un patio, aunque se pueden fusionar ambas corrientes; pero en definitiva, el patio inclusivo promueve un cambio estructural, no ambiental. Para hacer este tipo de patios hay que organizar el recreo de manera que se planteen juegos adaptados a todo tipo de diversidades. Es decir, que el docente o centro escolar, deben ofrecer diferentes juegos y hacerlos accesibles a todos, al menos, un recreo a la semana.
Cómo empezar con tu patio inclusivo.
Si quieres empezar por el trabajo de organización de un patio inclusivo te cuento entonces cómo puedes empezar. Lo primero que hay que tener en cuenta es el modelo de Patios dinámicos de Gey Lagar, creadora y promotora de este estilo de recreo. Gey Lagar es una especialista en juego y alumnado TEA, doctora por la universidad de Murcia con una experiencia en este sector no sólo amplia sino única, pues es quién ha promovido antes que nadie, el modelo de patio inclusivo. Su libro "Patios y parques dinámicos" es una herramienta muy útil para empezar y me referiré a ella en diversos puntos de este artículo por ser quien ha diseñado los primeros patios inclusivos, que en su metodología de juego son llamados "Patios dinámicos".
Prosiguiendo, me gustaría decir, que son muchos los centros que hacen actividades "similares" a los patios inclusivos y no lo saben. Especialmente aquellos docentes y centros escolares que promueven actividades adaptadas, apoyadas en sistemas de comunicación aumentada, explicadas para cada diversidad, signadas, con eliminación de barreras y a modo de talleres lúdicos o juegos populares. Seguramente dirás, yo sí hago esto, y es que muchos ya están en el camino de garantizar ese derecho al juego, pero no lo habían pensado, reflexionado o visto desde esta perspectiva.
Objetivos de un patio inclusivo.
Evidentemente si queremos que nuestros recreos sean más inclusivos, esto lo haremos con un objetivo central que será la mejora de la inclusión en el centro, pero hay otros objetivos que se solapan con este primordial, como podrían ser el garantizar ese derecho al juego que te menciono, mejorar la convivencia escolar y reducir los conflictos entre iguales o, en palabras de Gey Lagar, otros como:
- Potenciar la autodeterminación. Esto es la decisión de jugar, a qué jugar, cómo y con quién. La autodeterminación es un elemento especialmente sensible en el caso de alumnado TEA y también TEL, pues sus diferencias en la comunicación, hacen que no siempre se les entienda. Un patio inclusivo debe tener como objetivo, que todo el alumnado gane en autodeterminación para escoger con libertad su opción de juego.
- Acrecentar el desarrollo de actividades funcionales que sustituyan a las estereotipias propias del alumnado TEA. Las estereotipias son conductas relajantes para este tipo de personas que no son socialmente aceptadas (aletear, seguir una línea, andar de puntillas a pequeños saltos, etc.). Con determinados juegos, estas estereotipias se pueden reducir. Aunque yo soy de la idea de que una estereotipia, no debiera ser socialmente estigmatizada, esto lo primero.
- Jugar por jugar. Nos dice Gey Lagar una verdad reveladora. Jugar por jugar es querer ir a jugar por lo placentero y hedónico de la experiencia, algo que se viene perdiendo con el paso del tiempo.
¿Qué necesitamos?
Pues la respuesta es fácil. Poco material y mucha voluntad.
Lo primero que tienes que hacer es un análisis de las necesidades de tu centro escolar, analizar la diversidad y entenderla, aceptarla como una característica sobre la que trabajar. A continuación, decidir un día libre de fútbol y otros deportes, para plantear diferentes juegos sociales en los que los niños y las niñas deban interactuar. Con estos juegos se hace un trabajo de pictografiado, es decir, las normas de los juegos se transcriben al lenguaje de pictogramas, sistema de comunicación aumentada que hará estas reglas más accesibles a alumnado TEA, TEL, e incluso TDA, TDAH o simplemente visual. Para ellos tendrás que familiarizarte con plataformas para la conversión del lenguaje como ARASAAC, Pictotraductor, Araword, etc. En el libro de Gey Lagar, "Patios y parques dinámicos" encontrarás material ya confeccionado con normas de múltiples juegos con los que comenzar. También la plataforma ARASAAC tiene materiales descargables y gratuitos con las normas de diferentes juegos pupulares (pincha en el enlace) Este tipo de juegos deben ser adelantados al alumnado diverso antes del primer patio inclusivo. Esto quiere decir, que deben estar trabajados, entendidas las normas y situaciones, analizado el contexto para que todos los niños tengan acceso al juego, independientemente de su situación de partida.
Algunos juegos a los que se puede jugar: combas, gomas de saltar, balón prisionero, el pañuelo, juegos de paracaídas, las tabas, los bolos, juegos musicales, con palmadas, etc.
Para el día en concreto, tendrás que realizar algunas labores organizativas, que tendrán mayor o menor gradación según el número de alumnos de cada centro educativo. Serán necesarias, al menos, las siguientes acciones:
- Punto/s de asamblea: lugar en el que estén presentes de manera clara los juegos de cada patio, sus normas y las normas básicas del patio de recreo. Se trata de buscar un lugar en donde mostrar la información necesaria e incluso donde reconducir al alumnado que no sigue las normas, no las entiende o no es capaz de interpretarlas, independientemente de si es diverso o no. Con un número elevado de alumnado es mejor realizar un punto de asamblea general y varios para cada juego. Este punto puede ser un tablón de anuncios a modo de corchera, y para los más generales, se pueden emplear picas con las normas de cada juego plastificadas.
- Profesor/a guía: se decidirá quién será el profesor o la profesora guía en el juego. Este tipo de profesorado acompaña al alumnado, explica y evalúa la marcha del patio inclusivo. En caso de ser un centro escolar muy numeroso, un solo profesor guía no bastará. En este caso se puede hacer un equipo de profesores encargado de la vigilancia del patio inclusivo o bien, formar a un grupo de alumnos para que dinamicen los juegos. Esta opción, es muy bonita, pero solo si se hace bien y siempre teniendo en cuenta que un niño es un niño y no le podemos presuponer la misma actitud que a un adulto. Deberá ser alumnado de los cursos más elevados, con paciencia y ganas de ayudar, no de mandar. El juego, una vez elegido, debe tener su fracción de libertad.
- Plano de la distribución de los juegos: es interesante realizar un plano de la distribución de los juegos para que todo el alumnado sepa a dónde tiene que acudir en cada momento.
- Material adicional: se puede emplear material adicional para diferentes momentos del juego. Por ejemplo, es interesante contar con materiales desestresantes (pelotas antiestrés, fidget cubes, spinners, etc.) o incluso plastilina para los momentos de espera en las filas u otros lugares. También es interesante gran parte del material del libro de Gey Lagar acerca de las conductas típicas derivadas de los conflictos en el juego. Por ejemplo, secuencias pictografiadas para cuando el alumnado tiene mal perder, no quiere recoger, no quiere jugar, tiene una pelea con un compañero, etc.
- Normas del patio: al igual que tenemos normas del aula o de centro, es interesante plantear unas de patio, pues las interacciones que en él tenemos son muy diferentes a las de otros ambientes del centro escolar.
Evaluación.
Una parte muy importante de este proyecto es la evaluación. Es un modelo evaluativo muy simple, guiado por la observación. En este sentido el equipo guía es muy útil pues ofrece más puntos de vista. Se trata de observar el juego del alumnado y prestar atención a lo que Gey Lagar ha denominado como alumnado diana. Este tipo de alumnos con o sin diversidad funcional, es un grupo de niños que no juega, por diferentes motivos: no entiende el juego, no entiende las normas, está perdido, tiene miedo a las interacciones sociales, etc. Con este alumnado debemos actuar de una manera muy sutil, pero eficaz, invitándoles a jugar. En muchas ocasiones, este tipo de alumnadi no querrá jugar y ofrecerá resistencia, pero sólo si conocen los juegos y los entienden, podrán disfrutar de lo que es un derecho para todos. No te desanimes si no se consigue en el primer recreo, todo tiene un proceso y hay que adaptarse al alumnado.
Y esto es, en resumen, lo que necesitas para empezar tu patio inclusivo. Puede que coincidas en muchos preceptos y otros en los que no estés de acuerdo. Esto es porque diseñar un patio inclusivo es un acto que tiene que ver directamente con la ideología, necesidades y funcionamiento de cada centro educativo. Con este material, si te es de ayuda, lo que tendrás que hacer es adaptarlo a tu colegio, ganando en autonomía y creatividad. Por último, te dejo material para que puedas ampliar información, así como perfiles que puedas seguir en las redes sociales para la mejora de tu patio escolar.
Bibliografía.
- Fernández, R. (2015) Patios y parques dinámicos. Oviedo. Editorial Trabe S. L.
- Perfiles recomendados: Gey Lagar.